miércoles, julio 15

siempre se nos destiñen los principes azules!


Supone, que te encuentras un príncipe azul en una barra. Uno al que has visto muchas veces, pero nunca como hoy, con su barba impecable, sus ojos de almohada, su sonrisa de notemiento. Supone que habla no sólo bien, perfectamente bien, sino que ademas canta. Supone que tiene una guitarra, que cruza la pierna, que cierra los párpados y se lanza. ¿Qué harías? Supongamos que está este tipo-príncipe, con sus canciones, su conversación, sus ojos y su hondura. Supone que tiene manos de consuelo y de descubrimiento. Supone que, además, un día fue a la guerra. Y que no se quedó en la violencia, sino que aprendio el precio de la paz. ¿No lo llevarías a tu casa, para ofrecerle cuentos y besos, en la nunca tan alta torre de tu reino al centro del fin del mundo?
Y al otro día.. ¿no despertarías ebria de alegría, y transida de miedo al mismo tiempo? ¿No te has encontrado, flaca, recibiendo aliento de una boca ajena antes de descubrir que el héroe boicotea su propia felicidad? ¿Y cuántas veces en la página del libro encontraste un manchón deslavado donde antes había un protagonista y una promesa? ¿Y qué hacer, flaca? ¿Seguir besando sapos por si se convierten príncipes? ¿Seguir vigilando en las fronteras de los pantanos? Yo me declaro incompetente, y además me declaro impaciente, impotente, insolente, inocente. Declaro que mi radar siempre ha estado descompensado y que, cuando en busca de un dragón camuflado he encontrado un hombre real, no he sabido verlo. Me declaro tan inhábilcomo demente, me declaro culpable, me declaro perpleja de una vez y para siempre..
Y a los príncipes azules, esa entelequia que nos vendieron en la cama desde chicas, los declaro inexistentes !

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