Te vistes de azul para opacar el cielo y consigues espejos para estar bien seguro que eres bello. Y que hay que ofrecerte tributos de sol si regalas un beso. Y es idiota el consumo de mi tiempo contigo. Sueños rotos, los que me vas dejando en mi activo de vida. ¿De qué me sirve tu cuerpo? si lo administras con saldos de lo que quieres darme. ¿De qué me sirve tu boca? si se te caen los besos y los recojo humillada. Te deseo la suerte, la que no te mereces. Lo que no andas buscando, lo que nunca precisas mientras dure ese cuerpo perfecto que se gasta en el tiempo. ¿De qué me sirven tus manos? si están tan lejos de un roce como yo de tus sueños. ¿De qué me sirven tus ojos? si les importa un carajo si me voy o aparezco. Adornará tu cabeza la sala de un tipo cazador de reliquias y te harás viejo sin sueños. Sin amigos, sin mí, sin nada