miércoles, julio 22

Yo no tenía ganas de reir, tú reías para no llorar; yo le guiñaba un ojo a mi nariz, tú consolabas a tu soledad. Yo sin ninguna escoba que vender, tú con mil y una noches que olvidar; a mí no me quería una mujer, a ti se te moría una ciudad. Tú habías perdido el último autobús, a mí me habían hechado de otro bar; los mismos alfileres de vudú, el mismo cuento que termina mal. Pero quiso el cielo bautizar el suelo con su gota a gota y con champú de arena para tu melena de muñeca rota y tu mirada azul me dijo a cara o cruz y mi alma de tahur lo puso a doble o nada. Y los peces de colores de mis botas y tus marchitos zapatitos de tacón locos por naufragar salieron a bailar al ritmo de la lluvia sobre las capotas el rocanrol de los idiotas. Yo no venía de ningún país, tú ibas camino de cualquier lugar; conmigo no contaba el porvenir, de ti no se acordaba el verbo “amar”. Yo no jugaba para no perder, tú hacias trampas para no ganar; yo no rezaba para no creer, tú no besabas para no soñar.
El rock and roll de los idiotas...

0 comentarios: